Mi verano empieza el día que tomo el avión que me lleva a España. Así que el primer libro lo empiezo en el avión. Este año con el kindle en casa (no se muy bien donde…), volví a la emocionante, a la vez que estresante tarea de elegir libro en el aeropuerto. Después de mucho buscar, Me decidí a lo que pensé tiro seguro, pero falló: The Racketeer de John Grisham. Hacía años que no leía nada suyo, pero lo que me atraía de sus libros, no lo he encontrado en éste. No diré porqué, porque es spoiler.
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Foto tomada de la red. Igual a éste era
el ejemplar que recibí, estaba en
mejores condiciones. Acabó peor. |
El siguiente libro fue La zarza ardiente, de Sigrid Undset, noruega, premio Nobel de literatura en 1928. Un libro del que me tenía intrigada mi hermana desde hace años, pero no había manera de encontrar. Al final en amazon (como no) apareció un ejemplar de segunda mano, firmado y con fecha de 1957! Trata sobre la vida de un joven, Paul Selmer, que al inicio del libro es casado y con una hija de pocos años que se acaba de convertir al catolicismo. Se explica poco de su conversión, ésta se refleja más bien en como es, en el trato con su familia y amigos, como admira la belleza de su tierra, la de la liturgia, como va entendiendo poco a poco y, en las reflexiones que hace, muy interesantes. Es una novela larga, transcurren unos 10 años de su vida y a medida que pasa el tiempo, sus hijos van adquiriendo más protagonismo siendo los únicos que lo comprenden y a los que les va explicando la fe, que él mismo va aprendiendo. Es hombre de pocas palabras, pero de hechos. Honesto consigo mismo y con los demás. Debe luchar no sólo con la incomprensión, con sus dudas, también con los errores del pasado de los que sólo cabe asumir las consecuencias, como un hombre que sabe que lo correcto no es siempre lo más fácil, o lo más cómodo. Sigrid Undset, también es conversa. Sabe de lo que habla.
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| Con esta portada... |
La boda de Kate de Marta Rivera de la Cruz. Recomendado por una amiga de la que me fiaba. también había leído de esta autora Que veinte años no es nada, y Hotel Almirante, hace muchos años, y de los cuales, no recuerdo nada excepto que me gustaron. No recordar nada de la historia, es siempre negativo. De éste también me voy a olvidar, pero no me va a quedar el recuerdo de que me gustó. No había por donde cogerlo: Unas señoras encantadoras, en una casa preciosa, con un jardín en el que toman el te con un bollo recién horneado sobre un mantel de hilo… Por supuesto hay argumento, pero muy previsible.
